A menudo, cuando nos enfrentamos a varios problemas conyugales, parece imposible recuperar un matrimonio desgastado. Pero con buena voluntad por ambas partes, el final de esta historia no tiene por qué ser dramático.
La pareja debe actuar con madurez e ir a la raíz del problema. Hay que dejar de lado los egos y las acusaciones. No es el momento de culpar a la pareja y tratar de eximirse de responsabilidad.
Ningún conflicto es causado por una sola persona. Siempre hay malentendidos e intolerancia por ambas partes. No hay inocentes.

Sintomas de una relación desgastada
Aunque la pareja no se comunique abiertamente entre sí, lo cual es un fallo importante, ambos pueden ver claramente que la relación se está desgastando.
Ya no son tan íntimos ni confidentes el uno del otro.
Cualquier actitud del otro resulta irritante. Según el grado de desgaste de la relación, incluso la voz de la pareja puede resultar irritante.
Las causas de los conflictos pierden importancia y lo que pasa a ser importante es demostrar que la otra persona está equivocada y que tú eres invariablemente quien tiene razón.
¿Cómo recuperar una relación después de tanta pelea?
Después de tantas rencillas y tantos insultos intercambiados, recuperar la relación es un verdadero reto que sólo puede superarse con el profundo deseo de ambos.
Tiene que haber un diálogo franco con cada uno exponiendo lo que le molesta, lo que le ha hecho daño. Sin embargo, es muy importante que el tono de esta conversación sea conciliador y no un intercambio de acusaciones que agrave la crisis de la relación.
Es importante que ambas partes se comprometan a escuchar activamente, es decir, a intentar comprender realmente lo que pasa por el corazón del otro. Y no una escucha interrogante, concentrada en la respuesta.
El objetivo debe ser comprender los puntos de vista del otro para buscar un entendimiento, una solución que satisfaga los deseos de ambos, siempre que cada uno ceda hasta cierto punto.
Es un proceso que exige madurez, respeto, voluntad y sobre todo mucho amor por parte de ambos.
¿Quién tiene la razón?
Esta pregunta debería borrarse por completo del diccionario de la pareja. Recuerda que os habéis unido por el bien de una vida amorosa en común y que no estáis luchando contra un pleito.
Lo importante es que, cuando surjan conflictos, las soluciones sean objetivas y no se conviertan en el punto de partida de una guerra entre vosotros.
Otro factor importante es no dejar que se acumulen los sentimientos negativos. Cuando su pareja haga o diga algo que le ofenda, intente no reaccionar en caliente, espere a que se le pase el enfado y exprese su descontento con calma.
No dejes que los pequeños problemas sin resolver se acumulen y generen ira hacia tu pareja.
Lo importante no es tener razón, sino ser feliz.